8 consejos para ahorrar energía al utilizar el aire acondicionado
El intenso calor de las últimas semanas de 2023 podría repetirse muy pronto. El verano aún no ha terminado, pero nunca es demasiado pronto para prepararse para los próximos. Para aquellos que todavía tienen miedo de comprar un aire acondicionado porque gasta más energía que un ventilador, FreeGameGuide ha reunido algunos consejos para reducir el consumo y ahorrar en la factura de la luz.
1. Elige el modelo con la potencia ideal para el medio ambiente
El primer paso para ahorrar energía con tu aire acondicionado es elegir el modelo adecuado. FreeGameGuide ya ha explicado cómo calcular más o menos la potencia en BUTs para cada tipo de entorno. Pero eso no es todo lo que debes tener en cuenta, existen algunos otros factores.
En primer lugar, es imprescindible buscar un modelo con el sello de eficiencia energética Procel. Esta es una clasificación del Programa Nacional de Conservación de Energía Eléctrica que va de la A a la G. Los modelos con calificación A son los más económicos, por lo que lo ideal es buscar estos.
Los recursos que proporciona el dispositivo también son fundamentales para no consumir demasiada energía a diario. La función Inverter evita que el compresor se apague por completo durante su uso, lo que ahorra energía. Esto sucede porque, al arrancar, el motor consume mucha electricidad, aumentando el consumo.
También son importantes funciones como el sueño y la ventilación. El primero te permite programar el apagado automático. La segunda es buena para los días en los que el calor no es tan intenso, y con solo ventilar un poco la habitación ayuda a refrescarse.
2. Instale el dispositivo correctamente
La correcta instalación del aire acondicionado también es fundamental para evitar gastos innecesarios en electricidad. Y esto básicamente significa asegurarse de que las zonas del dispositivo que necesitan ventilación para aspirar o expulsar aire estén despejadas.
En el caso de un modelo de ventana, se debe tener cuidado con los laterales y la parte inferior del dispositivo. Los modelos split tienen la parte interna en un lugar alto, mientras que el condensador debe protegerse de la luz solar directa. Además, el lugar debe estar aireado y bien ventilado.
3. Aislar bien puertas y ventanas
No sirve de mucho tener el aire acondicionado encendido y mantener puertas y ventanas abiertas. El aire frío escapará y dará paso al aire cálido del exterior. Y esto se aplica incluso a los huecos pequeños: cuanto mejor sea el aislamiento interior, mejor se aprovechará el aire acondicionado.
Tenga en cuenta que esto incluye mantener puertas y ventanas cerradas la mayor parte del tiempo. Esto asegura que el aire frío permanezca en la habitación, evitando que el motor del aire acondicionado trabaje duro todo el tiempo para mantener la temperatura deseada.
4. Busca un buen aislamiento térmico en tu hogar
Ayuda mucho tener árboles alrededor de tu casa o paredes con un buen aislamiento térmico. Como resultado, el motor del aire acondicionado trabaja menos para alcanzar la temperatura ideal, y aunque el día sea muy caluroso y soleado, el ambiente está bien acondicionado.
Otro punto es aislar térmicamente las ventanas, como hemos comentado antes. Las cortinas pueden ser algo bueno, pero no si la habitación está oscura y necesitas encender las luces. Esto puede anular el efecto del aire acondicionado durante un poco más de tiempo. Si la sombra con árboles en las paredes más críticas es buena, las cortinas pueden ser innecesarias.
5. Enciende el aire acondicionado a la temperatura ideal
Encender el aire acondicionado a la temperatura más fría posible no enfriará la habitación más rápido. Y hará que el dispositivo trabaje más y este esfuerzo consuma más energía. Lo ideal es utilizar una temperatura agradable y esperar a que la habitación se airee como prefieras.
Según Anvisa, la temperatura ideal del aire acondicionado en casa es de 23 °C. Puedes utilizar un poco menos, pero conviene tener cuidado para evitar también los choques térmicos. En un día de 30°C, se recomienda no dejar el ambiente interior por debajo de 22°C.
6. Evita encender y apagar el dispositivo todo el tiempo
Dejar el aire acondicionado encendido todo el día gasta mucha energía. Pero también encender y apagar todo el tiempo. Cada vez que lo arrancas, consume una cantidad considerable de energía para que el motor empiece a funcionar. Además del tiempo para volver a enfriar el ambiente.
Si necesitas ausentarte por un periodo corto de tiempo, menos de una hora, por ejemplo, lo mejor es dejar el dispositivo funcionando. Entonces regresas y el ambiente ya está adecuadamente enfriado, además de todo.
7. Combinar el aire acondicionado con otras formas de climatizar el ambiente
Un poco de creatividad nunca hace daño a nadie. Puedes combinar el uso del aire acondicionado con un ventilador para mover mejor el aire y enfriar la habitación más rápido. Un humidificador también puede ser una buena idea, incluso para evitar que el aire se seque demasiado.
Además, el uso de cortinas también puede ayudar, especialmente si la luz solar directa incide en la habitación. Aquí, sin embargo, hay que tener cuidado de no anular posibles ahorros con las luces encendidas todo el día.
Tener cuidado con los aparatos electrónicos que emiten calor también es importante. Por supuesto que necesitas usar uno u otro, pero evitar mantener encendidos los dispositivos no utilizados ayuda mucho. Finalmente, sé que ya se ha mencionado, pero evita abrir y cerrar puertas y ventanas mientras usas el aire acondicionado.
8. Mantenga su aire acondicionado con regularidad
Un correcto mantenimiento del equipo de aire acondicionado es fundamental para su vida útil y ahorro energético. Puedes limpiarlo tú mismo, con un paño y detergente neutro. Esto evita la acumulación de suciedad y asegura la circulación del aire, además de evitar la proliferación de microorganismos nocivos para la salud.
Pero hay una limpieza más profunda que se recomienda una vez al año. Esto se puede realizar justo antes del inicio de las semanas más calurosas del año, para evitar que se vuelva a acumular suciedad durante el periodo de no uso.