Revisión de un día | Netflix ofrece una adaptación brillante y detallada

Revisión de un día |  Netflix ofrece una adaptación brillante y detallada

A principios de la década de 2010, un libro romántico llamó la atención del público. Fue Un díaescrita por David Nicholls, que surgió surfeando la ola de historias de amor imposibles iniciada por Crepúsculo en 2005. La trama no tardó en calar entre el público y, en 2011, fue adaptada a la gran pantalla, dirigida por Lone Scherfig y protagonizada por Anne Hathaway y Jim Sturgess. Ahora, 13 años después, el autor y Netflix se han unido para ofrecer una nueva versión para los fans, esta vez en forma de serie, que detalla mejor la relación entre los protagonistas, demostrando que una buena trama siempre está muy vigente.

Con 14 capítulos de media hora cada uno, la obra de Netflix es más completa y resuelve el dolor que deja la película, el de no retratar los detalles de la relación entre Emma y Dexter. En la trama son dos jóvenes que se cruzan en la noche de su graduación de la universidad y, a pesar de ser completamente diferentes, tanto física como emocionalmente, conectan de alguna manera y deciden pasar la noche juntos. La expectativa es sexo casual, pero la realidad es una noche de pequeñas charlas y buenas risas.

Todo esto sucedió el 15 de julio de 1988 y, a partir de entonces, los dos nunca dejaron de hablar, ya fuera por carta, postal, teléfono o mensajes de texto. Cada capítulo está ambientado el 15 de julio de los próximos años, y representa un año en esta relación que, a pesar de sus altibajos, nunca termina.

Al principio, parece frustrante que dos personas que se gustan no terminen juntas. A pesar de, Un día No es una película de comedia romántica y no pretende crear una historia que ofrezca sólo lo que el público quiere. La serie pinta un retrato fiel de la vida real, demostrando que no todo sale como uno quiere. Emma y Dexter pasan por buenos y malos momentos, juntos y separados. Se casan, terminan relaciones, cambian de trabajo, luchan por encontrar su camino en la vida, experimentan dificultades financieras y siempre se reconectan de alguna manera.

La forma en la que está contada la narración es el gran acierto de la obra, ya que no se prolonga hasta el punto de cansar al espectador, pero consigue detenerse en detalles importantes, como la manera afectuosa con la que Dex mira la espalda de Emma. Todos estos detalles enriquecen la trama y ayudan a darle más capas a los protagonistas.

Los personajes secundarios, a su vez, también ganaron mayor relevancia, especialmente Tilly (Amber Grappy), la mejor amiga de Emma y Sylvie (Eleanor Tomlinson), ex esposa del galán. Su historia se cuenta de una manera que parece un telón de fondo para que el dúo brille.

Uno de los momentos más conmovedores llega cuando el público se da cuenta de que la madre de Dex se enfrenta al cáncer y luego muere. Todo se muestra con la delicadeza que exige la trama y, incluso cuando uno de los protagonistas abandona la escena, la serie no pierde su encanto.

Un buen chico rompecorazones y una mujer empoderada

Y, hablando de protagonistas, la serie de Netflix trae una representación más fiel de Emma, ​​mucho más cercana a cómo la describen en el libro. Fuma, se involucra con un hombre casado, es más cínica y sarcástica y no le importa mantener la apariencia de chica buena que tanto disfruta la sociedad. Esto la aleja del retrato hollywoodiense que tuvo que hacer Hathaway. Dex sigue siendo el chico malo irresistible que, a pesar de tener muchas actitudes cuestionables, sigue siendo querido por todos.

La actriz británica Ambika Mod fue la elección perfecta para darle al personaje esta acidez. Sin perder el tono en las escenas románticas, logra ser emotiva incluso sin ceder al cliché de la chica. Leo Woodall (El loto blanco) mantuvo la apariencia del chico bueno y le fue mejor en las escenas alegres que en las dramáticas.

El error se debió a la caracterización de los personajes. Durante 15 años, los protagonistas mantuvieron prácticamente el mismo cabello, la misma ropa, el mismo maquillaje y la misma forma de comportarse, sin cambiar prácticamente nada y haciendo parecer que el tiempo no cambia la naturaleza de las cosas.

Por un lado, ayuda a construir la idea de que la pareja sigue siendo la misma que cuando se conocieron. Por otro lado, hace que este paso del tiempo, tan necesario para la trama, resulte un poco confuso. Si no fuera por los años que se marcan al inicio de los capítulos, sería muy difícil entender los saltos que da el guion.

El principal acierto, además de los mencionados anteriormente, es que la narrativa se centra en la imprevisibilidad de la vida. Es casi poético ver que en un momento Emma trabaja en un grasiento restaurante mexicano mientras Dex desfila con su novia y disfruta de fama como presentadora de televisión, y en otro, ella es una reconocida escritora mientras él es camarero en un café. . .

Con estos y otros éxitos, Un día —cuya producción ejecutiva estuvo en manos del propio David Nicholls— es un buen movimiento de Netflix, y puede gustar a quienes ya han visto la película o a quienes nunca han oído hablar de la historia. El autor acertó al desglosar la trama, y ​​la extensión de los capítulos fue la responsable de la ligereza de la trama. Cualquiera que quiera ahora puede correr un maratón en el gigante del streaming.

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