Revisar a través de mi ventana 3 | Aburrido y oscuro como el invierno europeo.

Netflix

los libros de la saga A través de mi ventana Puede que tengan éxito entre el público, pero las películas realmente dejan mucho que desear. Después de un mal segundo capítulo... A través de mi ventana: más allá del mar Es muy decepcionante: es hora de Ojo en el ojo hacer perder el tiempo a los suscriptores de Netflix. Estrenada el día 23, la película sigue a Raquel (Clara Galle) y Ares (Julio Peña) intentando seguir adelante tras la ruptura. Ella ya está con otro chico y él, a su vez, intenta convencerse de que le gusta su nueva novia.

La trama no encaja y pronto cae en la trampa de intentar convencer a la audiencia de que hay una historia interesante allí. Lamentablemente, durante largos minutos, lo que vemos son sólo secuencias cuestionables en las que Raquel y Ares intentan luchar contra el amor que sienten el uno por el otro.

Como la película es un romance y, más que eso, la máxima expresión de un cliché, está claro que la pareja protagonista acaba junta. Y ese ni siquiera es el gran problema. Lo más molesto es que la película ofrece una trama superficial, sin ningún atractivo que llame la atención del público. Incluso el hecho de que Raquel finalmente pueda publicar su primer libro se deja de lado para favorecer una novela aburrida que ya no convence a nadie.

Para colmo, la fotografía es oscura y hace que las imágenes pierdan claridad en varios momentos, lo que, una vez más, ayuda a que el público se disperse. Siguiendo en el terreno de los errores, los actores secundarios esta vez quedan aún más marginados. Artemis (Eric Marsip) y Apolo (Hugo Arbués) simplemente desaparecen en la trama, sin ganar relevancia alguna.

Hay momentos risibles, como la escena. a la Romeo y Julieta interpretados por la pareja protagonista, cuando Ares salva a su amada de ahogarse, pero sufre su alegría por el cloro y casi muere. Todo esto podría haber sido bien explorado, pero el texto no se molestó en ahondar en ningún momento relevante, e hizo que el espectador se preguntara al menos una vez: “al fin y al cabo, ¿para qué sirve esta película?”.

La respuesta correcta sería “para nada”, pues ni siquiera los más apasionados por los libros homónimos de Ariana Godoy podrán dejarse seducir por la trama. Afortunadamente, la película termina mostrando que la niña ha renunciado a escribir una secuela de su libro, lo que indica que la serie de películas realmente termina aquí.

Desnudez, besos y nada más

Un punto criticado en la segunda película fue la cantidad de escenas de desnudos innecesarias –en su mayoría protagonizadas por mujeres–. Aquí se repiten. No son muchos, pero todos son superficiales e irrelevantes para la trama. Pero, aparte de ellos, los besos y el drama entre los protagonistas, no queda nada de la película.

No se explora la problemática relación de Raquel con su madre, ni el hecho de que su amiga la drogó. Y es así, con una trama totalmente tibia, casi fría, y sin ningún atractivo que llame la atención del público, que A través de mi ventana: ojo a ojo pone fin a una saga que no decía de dónde venía. Son casi dos horas perdidas, pero si aún quieres verlo para formarte tu propia opinión, ahora puedes reproducirlo en Netflix.

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