¿Por qué Internet Explorer 6 fue el peor navegador de la historia?
Internet Explorer 6 fue uno de los peores navegadores de la historia y, curiosamente, también uno de los más populares. La aplicación lanzada en 2001 venía de serie en Windows XP y, como resultado, era utilizada por más del 90% de Internet apenas tres años después de su llegada.
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Sin embargo, los graves problemas de seguridad y la incompatibilidad con las tecnologías de la época hicieron que fuera muy criticado y ocupara un lugar poco agradable en la memoria del público.
¿Por qué IE 6 era malo?
Para los desarrolladores web, fue una batalla constante entre la popularidad del navegador y la falta de funciones, lo que terminó perjudicando la experiencia de navegación. IE 6, por ejemplo, no admitía funciones importantes como JavaScript, CSS3 y HTML5, lo que obligó a los sitios a adoptar tecnologías menos modernas y reducir la funcionalidad disponible para garantizar que todos pudieran abrir los sitios.
El problema es que esta ausencia no va acompañada de una mayor simplicidad; de hecho, es todo lo contrario. Internet Explorer 6 también era pesado y requería mucho del ordenador, problema que acabó reflejándose en una apertura lenta de las páginas y un consumo excesivo de recursos. Todo ello dificultaba el uso de otro software junto con el navegador, lo que también contribuía a empañar la imagen del navegador de Microsoft durante las siguientes décadas.
Prueba clara de ello fue el test Acid3, creado por el grupo Web Standards Project para establecer estándares de uso para el mercado de Internet. En la evaluación que comprobó la compatibilidad de los navegadores con las tecnologías, IE 6 recibió una puntuación de 12 sobre un total de 100, hasta el día de hoy una de las más bajas de la historia; a modo de comparación, Google Chrome, en su versión, obtuvo 117. una puntuación de 99. final de la evaluación.
Hablando de eso, de hecho, hay quien dice que la maldad de Internet Explorer 6 ha abierto de una vez por todas las puertas a un mercado con diferentes opciones de navegador. En 2004, por ejemplo, Firefox obtuvo su primera versión completa y alcanzó rápidamente popularidad entre quienes buscaban una alternativa al navegador de Microsoft.
IE 6: un desastre de seguridad
Como si los fallos de funcionamiento y los altos requisitos de recursos no fueran suficientes, Internet Explorer 6 también estuvo plagado de múltiples problemas de seguridad. Los problemas fueron tan graves que llamaron la atención del gobierno de Estados Unidos, con un informe de expertos en protección digital del Departamento de Seguridad Nacional recomendando a los usuarios dejar de utilizar el navegador.
Cada año se descubrieron docenas de vulnerabilidades de día cero, y la principal apareció en 2004. Internet Explorer 6 se ejecutaba con los mismos privilegios que el usuario de Windows que había iniciado sesión en lugar de seguir prácticas de control de acceso, lo que significaba que los virus y otros programas maliciosos se ejecutaban a través de el navegador podría acceder a todos los datos y recursos de la computadora.
Ese mismo año también se produjo uno de los mayores ataques dirigido a usuarios de IE 6, cuando un virus conocido como Download.ject se propagó a millones de PC en todo el mundo. Se infectaban al acceder a páginas maliciosas en Internet. La infección incluía software de difusión de spam, puertas traseras que permitían ataques cibercriminales y un registrador de pulsaciones de teclas, que registraba textos escritos y podía conducir al robo de datos confidenciales.
Mientras tanto, Microsoft tardó en publicar actualizaciones y correcciones de seguridad. La empresa atribuyó esto al uso generalizado del navegador, que en un momento tuvo más de 200 versiones diferentes entre la edición corporativa y personal, con diferentes características e idiomas.
El hecho de que IE 6 también funcione en Windows Server 2003 fue un factor agravante, ya que amplió aún más su alcance y planteó graves problemas de seguridad también en el sector empresarial. Otra razón más que va en contra no sólo de su uso, sino también de su presencia en máquinas conectadas.
El jarrón malo no se rompe
Cinco años después de IE 6, Microsoft finalmente lanzó Internet Explorer 7, con soporte para funciones que faltaban en la versión anterior y un paquete de seguridad más sólido. La popularidad de su predecesor, sin embargo, también significó que tardaría en desaparecer, lo que dio lugar a campañas por parte de servicios online, fabricantes de ordenadores y empresas que animaban a los usuarios a actualizar su navegador o elegir una alternativa.
IE 6 siguió siendo el navegador más popular de Internet hasta 2008, cuando grandes nombres entraron en escena. En julio de 2009, Google empezó a mostrar mensajes en el buscador y también en YouTube sobre el futuro fin del soporte de la app, que llegaría el año siguiente para darle la vuelta definitivamente a esta clave. Ese mismo año, Facebook también hizo lo mismo, desactivando el soporte para IE 6 primero desde Messenger y luego desde la propia red social.
La propia Microsoft también se sumó al baile, sobre todo después de un acuerdo con la Unión Europea que le obligaba a mostrar avisos a los usuarios para que actualizaran su navegador. Una curiosa campaña publicitaria realizada en los Países Bajos comparó el navegador con leche caducada, mientras que el sitio web IE6 Countdown mostró la progresión de personas que abandonan el navegador en todo el mundo.
El (casi) eterno navegador
El fantasma, sin embargo, tardó un poco en desaparecer del todo. En enero de 2012, Microsoft afirmó que menos del 1% de los usuarios estadounidenses utilizaban IE 6, pero que el navegador también era el segundo más popular en China, lo que significaba que tenía más del 20% del mercado mundial. En el país asiático, esta popularidad caería por debajo del 1% sólo en 2016.
La última actualización importante para Internet Explorer 6 se lanzó en abril de 2008 con Windows XP Service Pack 3, pero continuó recibiendo actualizaciones de seguridad hasta 2014. Finalmente, en 2016, más de 14 años después de su lanzamiento, se produjo la muerte oficial del navegador. declaró, de una vez por todas, poniendo fin a una historia que Microsoft ciertamente quiere olvidar, hasta el punto de abandonar la marca en favor de Edge.